¿Has observado una película de terror en la que un objeto común era el causante de los males del protagonista?
Si es así entenderás un poco mejor el punto y si no, conocerás algo similar, pero en el mundo fuera del cine. Aunque la comparación suene un poco absurda, te darás cuenta de que la realidad siempre logra superar a la ficción.
Desde la llegada de Internet a nuestras vidas, muchas cosas han cambiado y hemos llegado al punto de encontrarnos permanentemente conectados a la red. Incluso con la nueva ola de artículos inteligentes que van desde relojes, termómetros, alarmas, refrigeradores, entre otros.
Todo esto ha dado paso a lo que conocemos como IoT (Internet de las cosas, por sus siglas en inglés) y actualmente en el mundo ya superamos la cifra de 20 millones de dispositivos conectados. Y claro, todo parece bonanza y un cuento de hadas, pero recuerda que estamos aquí para hablar del malo de la película o en este caso, de la vida real.
Resulta que aunado a estos grandes avances, también existen amenazas que se aprovechan de la vulnerabilidad de los dispositivos conectados a la red para infiltrarse y extraer información.
Así que ahora puedes entender cómo es que tu lavadora puede convertirse en un auténtico “objeto del mal” con la ayuda de un hacker, pero esto no se limita a los hogares y puede ir aún más lejos, llegando a vulnerar los sistemas completos de una empresa, en los que puede entrar a través de un sensor de movimiento o cualquier otro artefacto conectado a la red.
Aunque el Internet de las Cosas (IoT) es una maravilla cuando planteamos todas las funcionalidades que tiene en los hogares, las empresas y en sectores como el de la salud, lo cierto es que también incluye riesgos que no debemos descartar o pasar por alto. Es muy importante controlar la seguridad para contrarrestar cualquier vulnerabilidad y anticiparse a un posible ataque.
Te brindamos las siguientes recomendaciones para proteger tus equipos de piratas virtuales:
Mantenerlos actualizados. Contar con las últimas actualizaciones y parches disponibles
Usar solo software oficial. Descarga los programas únicamente de los sitios y tiendas oficiales.
Cambiar valores de fábrica. Modifica el nombre del dispositivo, así como cualquier información que pueda ser genérica.
Cuidar la configuración. Puedes cambiar ciertos valores de seguridad y privacidad, pero no es recomendable habilitar más de lo indispensable.
Usar contraseñas seguras. Recuerda que siempre deben de tener más de 8 caracteres y combinar mayúsculas, minúsculas y signos.
Usar redes seguras. Usar redes conocidas y que estas a su vez tengan un buen cifrado y contraseña.
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