Este elemento llega a crear confusiones en cuanto a su funcionamiento o incluso llegamos a creer que es un sinónimo de antivirus, cosa que esta muy lejos de ser así.
A finales de los 80’s el internet vio la luz y comenzó a dar sus primeros pasos, todo era emoción y felicidad hasta que la mente ágil de unos cuantos “hackers” dedujeron que, si la red era capaz de traer información de otra parte del mundo, también era una vía de regreso, una puerta de entrada a las computadoras lejanas y lo que paso de ser una pequeña travesura fue escalando hasta convertirse en violaciones de seguridad y ataques de malware.
Era momento de buscar una cerradura adecuada, algunas otras mentes igual de ágiles se enfrascaron en la búsqueda de filtros y criterios que aseguraran que los paquetes digitales que entraban por la red eran seguros para el usuario. Fue así como en 1988 se crearon las primeras versiones de contrafuegos informáticos o firewall.
La finalidad es la misma desde su creación: establecer los mejores criterios para filtrar todo lo que entra y sale de las computadoras conectadas a cualquier tipo de red. Esto se volvió una competencia por encontrar las deficiencias entre los que querían entrar y los que protegían estas redes. Ha sido una batalla en constante evolución.
Actualmente los cortafuegos se dividen en 3 categorías:
De software: Aplicaciones
De hardware: Dispositivos físicos
O una combinación de ambos
Cada categoría tiene sus ventajas y sus deficiencias, pero lo más importante es recordar que no debes delegar la protección de tus datos únicamente a este sistema de defensa, porque al final para terminar con una amenaza es necesario atacarla también.
Es en este momento dónde entra el antivirus, el cual se va a encargar de exterminar estas amenazas, el complemento adecuado para tu seguridad; son tan importantes el uno para el otro que por eso la gente los llega a confundir y cree que son lo mismo.
Recuerda que la información es poder y hay que protegerla, sobre todo cuando se trata de intrusos que se aprovechan del silencio y la invisibilidad.
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