En algún lugar no muy lejano de la red, hay una gran cantidad de personas, mejor conocidas como hackers que ven en la información auténtico oro puro; con seguridad estamos en el momento en que valen más los datos que incluso, ciertas posesiones materiales.
Una de las formas más fáciles de acceder a ellos es por medio de tu correo electrónico. Sí, aunque probablemente tú no veas más que una dirección (en algunos casos algo sui generis) con un bonito arroba, esta puede ser la entrada para tener la información de las aplicaciones que usas, las páginas en las que compras, hasta tus datos bancarios.
En diversas ocasiones hemos visto cómo por medio de una cuenta de correo se puede llevar al colapso toda la vida digital y también real de una persona.
Para proteger tus cuentas de correo electrónico te brindamos las siguientes sugerencias:
Siempre crea contraseñas complejas, que tengan diez o más caracteres e incluyan mayúsculas, minúsculas, números y signos. También usa una diferente para cada cuenta de correo que tengas y modifícalas regularmente (cada 4 - 6 meses).
No abras correos, ejecutes archivos o hagas clic en enlaces de remitentes desconocidos.
Evita utilizar tu correo desde redes Wi-Fi públicas ya que algunas personas pueden capturar de esta forma tus contraseñas.
Utiliza la copia oculta (CCO) al momento de enviar correos electrónicos a tus contactos, de esta forma proteges las direcciones de los demás.
Recuerda que los bancos no piden información confidencial por medio de correos, por lo que no debes de brindarla nunca de esta forma. Esta técnica es conocida como Phishing, una práctica habitual entre cibercriminales que consiste en suplantar la identidad de la persona para obtener un beneficio económico.