Un día cualquiera estas realizando un informe, el tiempo que le has invertido y el trabajo que te ha costado juntar la información de todos los departamentos relacionados te han parecido una labor titánica, estas completamente inspirado y sabes que falta poco para terminar, no quieres parar ni un segundo, ya saboreas la tranquilidad de pasar el resto de la tarde sin preocuparte por este documento importante que te asignaron cuando de repente tu computadora deja de funcionar, simplemente así, la pantalla se congela, no reacciona a los comandos abreviados, ni a tu solicitud de abrir el administrador de tareas.
Esta situación no es exclusiva de personas, también llega a sucederle a las empresas y en estos momentos dónde la información es un activo intangible de lo mas importante, ninguna empresa o persona puede permitirse el perderla por cualquier tipo de contingencia ya sea que se elimine “accidentalmente”, se dañe o se altere. Existen diferentes criterios o reglas aplicadas a los respaldos, por ejemplo, para información crítica suelen utilizar la Regla 3-2-1:
3 copias del archivo: la original y dos copias
2 unidades de almacenamiento diferente
1 de los archivos debe permanecer “off site”
Dependiendo de la periodicidad de los cambios y actualizaciones que se realicen se deberán establecer criterios para establecer la frecuencia de los respaldos o “backups” de información. También se deben de puntualizar muy bien en dónde se realizarán estos respaldos ya sea en medios físicos o en la nube, asegurando también la protección que puedan ofrecer estos medios de almacenamiento.
Actualmente las opciones para realizar respaldos de información son infinitos, el suponer que nunca serán necesarios es una suposición muy arrogante y regularmente la arrogancia se paga muy cara. El contratar un sistema de respaldo confiable es como contratar un seguro: deseamos que nunca sea necesario utilizarlo, pero si llegará la hora, estaremos completamente protegidos y tranquilos por haber sido precavidos.
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